Locus amoenus

primavera

Lo he descubierto está tarde mientras me regocijaba tranquilamente en el jardín de mi casa. Ahí, sentado en un pequeño banquillo de concreto, sintiendo la brisa fresca, los cálidos rayos solares y escuchando el suave cantar de las aves, lejos de todo ruido urbano (y es que por dónde vivo no es algo así tan urbanizado) y contacto tecnológico, me dí cuenta que ese era el lugar idóneo que siempre había buscado tan minuciosamente, un lugar que me hiciera retomar la inspiración, que me ayudara reflexionar y a ampliar mis ideas de una manera tan pero tan amena.

Desde ahora ese será mi pequeño Locus Amoenus. Mi pequeño rincón natural que con su inspirador ambiente, hace que todas mis ideas afloren como jamás hubiese creído.

Será mi lugar predilecto para hacer uno que otro post, sólo que en está ocasión, un lápiz y una hoja de papel serán suficientes, aunque aun no descarto la idea de incluir una buena dosis de las apacibles y relajantes composiciones de música clásica.

¿Qué más puedo pedir? 🙂